Una mandíbula proyectada hacia adelante afecta a tu sonrisa. No importa si se es hombre o mujer, este tipo de problema puede presentarse por igual en ambos rostros y en los dos casos afecta al perfil y al frente de la persona.

Pero no solo es un problema estético, también es un problema de salud. Si la mordida no encaja como es debido se presentarán problemas a la hora de comer, dolores en las articulaciones de la mandíbula e incluso problemas de desgaste de dientes por morder de una forma incorrecta.

Esto puede acabar generando problemas de desgaste en la articulación de la mandíbula o dolores de oídos y de cabeza además de un complejo físico más que evidente. Por eso lo más recomendable es corregirlo.

Acude a un buen profesional especializado

El primer paso es la elección de un buen profesional, con una experiencia probada en el terreno maxilofacial y que pueda ayudar a corregir tanto lo que es un problema de salud, como es la desviación de la mandíbula, como posibles problemas estéticos como un mentón prominente.

En el instituto maxilofacial Dr Lalinde no solo están especializados en el cuidado de la boca, también en las intervenciones estéticas, por lo que pueden proporcionar un tratamiento integral del problema.

¿Cómo suele corregirse el problema?

Cada caso es diferente y cada paciente debe de tener un estudio de su problema personalizado, proporcionándole una solución única que resuelva su caso. Pero en líneas generales lo habitual es que haya tres fases en el proceso.

En la primera fase se coloca un aparato dental que prepara la mandíbula para la intervención. Durante este proceso no se trata de recolocar bien los dientes tal y como están en ese momento, sino de conseguir que queden bien para que una vez que se realiza la segunda parte del proceso todo encaje perfectamente.

La segunda parte del proceso consiste en una operación en la que se reduce la mandíbula y se recoloca la posición de los dientes. Aunque puede parecer una operación complicada para aquellos que no están acostumbrados, lo cierto es que para un especialista es una intervención sencilla que no tiene grandes complicaciones.

Tras la operación hay que seguir un postoperatorio hasta que la boca quede totalmente curada, pero tras esto se inicia una nueva fase que puede incluir un nuevo aparato de ortodoncia para acabar de colocar la dentadura.

El resultado final suele ser muy bueno y cambia totalmente el rostro de la persona, mejorando notablemente su perfil y también su manera de masticar.