Este post está dedicado a todos aquellos que han visto cómo su vehículo se ha visto implicado en una rotura mecánica. Es obvio que el siglo XXI es una época compleja y fascinante, un momento de la historia en donde lo que nos han inculcado, dolorosamente además, es que el ahorro se ha convertido en una parte imprescindible de nuestro día a día. Por eso una circunstancia tan compleja y poco bienvenida como la avería se tiene que solventar, no tanto porque un coche roto y parado en el garaje es un elemento poco rentable, sino porque en los momentos actuales no podemos prescindir de un vehículo, dada la autonomía que éste nos proporciona. Así que veamos algunos consejos sobre el particular, a ver qué te parecen.

La primera cosa que deberíamos recomendarte es obvia: hay que acudir a un sitio profesional para que nos diagnostiquen el alcance de esa rotura mecánica. Decimos esto porque puede ocurrir que nuestro vehículo no esté en condiciones de ser reparado, por tanto hay que fiarse de lo que un mecánico titulado y con experiencia pueda recomendarnos.

Un segundo punto de interés tiene que ver con la necesidad de fiarse de un producto que no todo el mundo tiene bien considerado, pero al que muchos recurren: los recambios de segunda mano. En efecto, este tipo de artículos se ha puesto de moda en los últimos tiempos, y dado que la posibilidad de hallar una solución en las tres W es factible, la cosa se puede hacer rápida y económicamente. Eso sí, no olvides, cuando vayas a hacer la búsqueda, ir al grano: con esto lo que queremos decirte es que has de ser concreto y no dispersarte. Es mucho más pertinente y lógico escribir dos o tres comandos, algo así como piezas desguace, que no redactar una frase más alambicada y larga. Saldrás ganando, haznos caso.

Por otra parte estaría bien que tuvieras en cuenta que debes evitar los talleres poco claros y los desguaces ilegales. Sí, todos sabemos que existen, y nadie acude a ellos, pero cada día hay más. Por tanto no caigas en la tentación de ir a lo barato, de querer pagar menos para ahorrar más dinero. Es el momento de apostar por lo legal, porque entre otras cosas estaremos haciendo n bien para nuestro vehículo, más profundo y sincero de lo que estamos dispuestos a admitir.

Y por último, pero no por ello menos importante: si no tienes dinero ni para reparar ni para comprar un coche nuevo… ¡disfruta del transporte público! Ya está bien de lamentarse porque no llegamos a tiempo a ningún sitio, en las grandes ciudades ello es posible, y no solamente eso, es más limpio, sostenible y barato. Mejor imposible, ¿no?