Hace ya varias décadas hubo una moda entre determinados endocrinos de recetar pastillas para adelgazar que, en principio, parecían muy efectivas pero que a medio plazo se descubrieron muy peligrosas.

Estas pastillas contenían en realidad anfetaminas que actuaban sobre el deseo de comer, inhibiéndolo. La persona que consumía los fármacos dejaba de tener hambre porque estos actuaban directamente sobre las señales de su cerebro.

Pero una vez se dejaba de consumir las pastillas, al hambre y a la ansiedad por la comida ya habituales de estas personas había que unir el síndrome de abstinencia que estos tratamientos acarreaban. El resultado era que al final se recuperaba el peso con gran rapidez e incluso se acababa aumentando varios kilos respecto al peso inicial.

Esto ha creado una desconfianza en muchas personas que asocian cualquier pastilla que ayude a perder peso con los efectos perniciosos de aquellas anfetaminas, hoy prohibidas. Pero la realidad es que los actuales tratamientos no tienen nada que ver con los de antes.

Las pastillas para adelgazar que se comercializan ahora no actúan sobre el cerebro, sino sobre lo que cada persona come, bloqueando aquello que puede hacer que se aumente de peso. Gracias al avance en los estudios sobre nutrición y digestión, ahora es posible bloquear la absorción por parte del intestino de las grasas o de los hidratos de carbono.

Un ejemplo lo tenemos en el Reto XLS, un producto capaz de ayudar a que las personas a dieta puedan perder peso más rápidamente al absorber parte de las grasas de los alimentos y eliminarlas de manera natural al ir al baño, sin permitir que el cuerpo las asimile.

Este tipo de tratamientos funcionan dentro de una dieta equilibrada, no sería posible comer todo lo que se desea y pretender que estas pastillas bloquearan completamente las grasas. Sin embargo, son muy útiles en casos en los que estando a dieta la persona se vea obligada a comer fuera de casa y no pueda, por ejemplo, controlar la cantidad de aceites de la comida o la calidad de la carne.

También son muy útiles para que la poca grasa de su comida no sea asimilada por el cuerpo, contribuyendo a que se pierda peso con mucha más rapidez que si no se consumen estas pastillas. Y todo ello sin causar adición y sin entrar en conflicto con una alimentación sana y totalmente equilibrada.